Nuestra visión es ser una comunidad que, en su totalidad, glorifique a Dios y sirva a Cristo con pasión y dedicación, manifestando las señales del Reino de Dios en el mundo que nos rodea.
Nuestra visión se resume en tres pilares fundamentales:
1. Vidas Fructíferas en Cristo: Deseamos ser una iglesia compuesta de miembros fieles que están comprometidos a vivir vidas fructíferas en Cristo Jesús. Buscamos nutrir y cultivar la fe en cada corazón, permitiendo que la semilla del Evangelio crezca y dé fruto abundante en cada vida.
2. Reproducción en Otros: Aspiramos a que cada uno de nosotros, como miembros de esta comunidad, sea un agente de transformación y multiplicación. Queremos ser instrumentos que reproduzcan la esperanza, el amor y la verdad de Cristo en otros, extendiendo así Su Reino en todo lugar.
3. Edificación, Transformación y Formación: Deseamos que cada persona que entre en contacto con nuestro ministerio sea edificada en la fe, transformada por la gracia de Cristo y educada para ser un mejor servidor o servidora de Cristo, donde quiera que se encuentre. Buscamos nutrir el crecimiento espiritual, fortalecer las raíces de la fe y equipar a todos para llevar el mensaje del Evangelio a otros.
Siguiendo el ejemplo del apóstol Pablo, reconocemos que nuestro llamado es llevar el evangelio de Cristo a toda criatura. Nos esforzamos en establecer y plantar Iglesias Bíblicas con una doctrina sólida y fiel, formando una hermandad de creyentes de fe reformada que adoren y glorifiquen a Dios en todo momento.
En resumen, nuestra visión es ser una iglesia que brilla como luz en las tinieblas, que transforma vidas, y que se reproduce en otros, propagando el amor y la verdad de Cristo en todo el mundo. Buscamos hacer realidad la misión de Cristo en la tierra, trabajando juntos como un cuerpo de creyentes comprometidos con la gloria de Dios y la expansión de Su Reino.
Nuestra misión como iglesia cristiana reformada es clara y apasionada: predicar y vivir el evangelio verdadero, centrado en la cruz de Cristo, en el corazón de nuestra cultura. Creemos que esta verdad transformadora es esencial para nuestra comunidad y para el mundo que nos rodea.
Nos esforzamos por capacitarnos, tanto en el conocimiento bíblico como en nuestra intimidad con Dios, reconociendo que un entendimiento profundo de las Escrituras y una relación cercana con el Creador son fundamentales para nuestro crecimiento espiritual y para cumplir nuestra misión.
Somos conscientes de que nuestra misión principal es "hacer discípulos que hacen discípulos", y esta misión se despliega en cuatro pasos significativos:
Explorar: Extendemos una invitación a aquellos que aún no conocen a Cristo a explorar el evangelio. Creemos que compartir esta buena noticia es esencial para llevar a las personas a los pies de Dios, donde encontrarán amor, gracia y redención.
Establecer: Apoyamos a los nuevos creyentes para que establezcan raíces profundas en su fe. Comprendemos que raíces sólidas son las que producen fruto abundante y duradero en la vida de cada creyente.
Extender: Animamos a los cristianos crecientes a extender la mano hacia otros, compartiendo la fe y el amor de Cristo. Este paso es fundamental para dar más fruto y comenzar el proceso de reproducción espiritual en la vida de otros.
Expandir: Apoyamos a los creyentes maduros en su misión de expandir el Reino de Dios en el mundo. Creemos que, a medida que el Reino crece en el corazón de un creyente, este dará mucho fruto y reproducirá aún más fruto en otros, multiplicando así la obra de Dios.
En resumen, nuestra visión es llevar el evangelio verdadero a nuestra cultura, capacitarnos en la Palabra de Dios y nuestra relación con Él, y ser instrumentos para llevar a otros a los pies de Dios. Nuestra misión de "hacer discípulos que hacen discípulos" es el camino que hemos elegido para alcanzar esta visión. Juntos, como comunidad de fe, trabajamos en unidad para ser portadores de la cruz de Cristo y compartir Su amor y redención con el mundo que lo necesita.