Hoy es un día especial de gratitud y celebración, un día en el que recordamos y honramos el llamado sagrado al ministerio pastoral. El 16 de noviembre marca el Día del Pastor Presbiteriano en Chile, una fecha que nos lleva de regreso a un momento histórico: la ordenación del primer pastor protestante en nuestro país y en Sudamérica, José Manuel Ibáñez Guzmán.
Hace más de 150 años, en 1871, el pastor José Ibáñez fue ordenado en la Iglesia Santísima Trinidad de Santiago, marcando un antes y un después en la historia religiosa de nuestro continente. Nacido en San Felipe en 1841, Ibáñez enfrentó un camino lleno de desafíos, desde su conversión al protestantismo en Estados Unidos hasta su regreso a Chile, donde no solo predicó la Palabra de Dios con elocuencia y carisma, sino que también luchó por la libertad religiosa y el avance de una fe evangélica genuina.
José Ibáñez Guzmán no fue solo un pastor, sino un educador, un escritor, un colportor de la Biblia y un reformador social. Su valentía y visión lo llevaron a fundar instituciones educativas, promover la separación entre la Iglesia y el Estado, y abrir el camino para que muchos otros pudieran servir en el ministerio. Su ministerio, aunque breve, dejó una huella imborrable, siendo un ejemplo de entrega total a Dios y a su prójimo.
Hoy, al celebrar su legado, también queremos reconocer a todos los pastores que, siguiendo el ejemplo de Ibáñez, dedican sus vidas al servicio del Señor. Pastores que no solo predican, sino que consuelan, enseñan, orientan y caminan junto a sus congregaciones en los momentos de gozo y dificultad.
En esta ocasión, queremos destacar especialmente a nuestro querido pastor Eduardo Tapia. Su ministerio ha sido un ejemplo de fidelidad y amor por Dios y por esta comunidad. Con humildad y sabiduría, él ha guiado a esta iglesia con dedicación incansable, enfrentando desafíos con fe y confiando siempre en la gracia del Señor. Pero detrás de cada pastor hay un soporte invaluable: su familia. La familia del pastor Tapia ha sido su primer ministerio, su fuente de apoyo, y el reflejo del amor de Dios en su vida.
Hoy, damos gracias a Dios por todos los pastores que, como José Ibáñez Guzmán y como nuestro querido pastor Tapia, han respondido al llamado de ser luz y sal en este mundo. Reconocemos su sacrificio, su pasión y su compromiso con la verdad del Evangelio. Pedimos al Señor que los siga fortaleciendo, que los llene de sabiduría y que guarde a sus familias como parte integral de su ministerio.
Quiero recordar las palabras de Hebreos 13:7: "Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe."
Que este día sea una oportunidad para agradecer y bendecir a quienes han dedicado sus vidas a llevar esperanza, verdad y amor al pueblo de Dios. Que el legado de José Ibáñez siga inspirándonos a todos a vivir una vida de servicio y fidelidad al Señor.
¡Feliz Día del Pastor Presbiteriano! Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes y que juntos sigamos construyendo Su Reino en esta tierra.
Amén.